aciculares de la lluvia.
Agotando los cielos despejados
y enajenando la libertad del aire
en circulación.
Detenemos el paso ante las hojas muertas,
durante una efervescencia letal,
que altera el ritmo del corazón y el pulso
de la sangre.
Hoy hace mucho calor y la tierra desprende
un hálito intenso de vapor, que se condensa
en las frentes ardorosas.
Cuesta respirar y los cuerpos jadean
con cada paso que se va perdiendo
en las solitarias avenidas,
bajo un sol abrasador e incandescente.
Escrito en Agosto 2020 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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