brotan lágrimas de sangre.
El ánimo es un cadáver insepulto, que vaga
arrastrando las cadenas del infortunio
y el llanto impregna la noche,
con las voces lastimeras del viento.
Frío viento de alma helada, que reposa
sobre una lápida vacía, y se mece en su locura
sobre las tumbas abiertas y húmedas,
llenas de un lóbrego barro, que se queda
atrapado en las gargantas, cuando sabes…
¡Qué vas a morir, y todo esfuerzo es inútil!.
Acabas de morir y lo ignoras,
lo sabías en vida, pero la vida huyó lejos,
dejando tu cuerpo a merced de los cuervos
y tu alma errante, a merced del destino.
Escrito en Agosto 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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