sobre caminos que abrimos,
porque así sobrevivimos
día a día, sin pensar…
Nada más que en el presente,
pues no hay nada tan veraz,
que ser paloma torcaz
con un vuelo consecuente.
Quemar la vida en el fuego,
que nazca de la invención
y poner el corazón,
aunque te arrepientas luego.
O acaso, sentir el viento
huidizo, por precario,
que nos visite a diario
y así, sellar el momento.
Sintiendo que una llamada,
apenas alguien la escucha,
romper de nuevo la hucha,
hasta quedarnos sin nada.
Caminar, sin que se cese
de dejar siempre las huellas,
debajo de las estrellas,
aunque la noche nos pese.
Escrito en Febrero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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