es pensar que por el tedio,
nada tendrá su remedio
y te ves desesperado.
Cuando las fuerzas te fallan
y buscas la fortaleza
que convenza a tu cabeza,
mientras los demás se callan.
Al fin, perdiendo la calma,
actúas sin ya pensar,
aunque te pueda costar
la pérdida de tu alma.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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