de una búsqueda infinita,
en una proyección de labios,
que niegan su contacto.
Quien espera, desespera,
porque se pierde el momento
y todo pasa rápido, menos aquello
que no acaba de llegar.
Nos mentimos una realidad
y las miradas se vacían de contenido.
Aislados, con los auriculares puestos,
escuchando una música absurda,
para evitar oír a quien nos tiende
la mano...y se va hundiendo con nosotros, en el mismo fango
de esta vida irracional, carente de valores
y sentimientos.
Cada día nos vamos muriendo
y no celebramos la vida,
porque la tomamos como un vicio adquirido o una enfermedad incurable.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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