en el amor perdido.
Bebiendo las últimas sombras
y apurando penas, en un vaso
tan vacío, como mi alma.
La angustia se mece en los soportales,
donde anidan mis cuervos.
Ellos me sacaron los ojos, para robarme
la ilusión y salpican de sangre el cielo
en un amanecer fingido.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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