el polvo se acumula junto a una pereza
notoria, de sábanas adheridas.
La luz es un dedo prolongado
hacia un ceño que se frunce
y niega a la razón mostrarse.
Dedo de fuego, que duerme y guarda
su furor, para rescatar todo aquello
que la sombra nos roba en un descuido.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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