perdí toda la documentación
que me identificaba como tal.
Escucho el murmullo del agua y la suave
voz de la brisa y trato de no pensar
demasiado en ello.
No sé de mi sed, sólo bebo cuando
lo necesito.
Me siento bien a veces, duermo poco
y escribo mucho.
Cabalgo sobre una nube
y me toma por tonto, quien no me conoce.
No pueden robar mis sueños, ni hacerme
más daño del que me hicieron.
Subo a lomos de su estupidez
y en ocasiones, alcanzo el brillo
de la sabiduría en mi propia inteligencia
y en la de algunas gentes.
Absorbo y aprendo, escucho y callo.
Escribo sin interrupciones sobre todo aquello, que me envuelve con un radiante manto de estrellas y constancias.
La vida pasa con las nubes...en un suspiro y ¡Hay tanto que decir!.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
No hay comentarios:
Publicar un comentario