es la espuma que acaricia la ternura,
cuando duermes y te contemplo.
Las bisagras del destino chirrían
en la estridencia de los desamores
y la tristeza es una nube gris,
con las lágrimas contenidas
que no se derramaron.
Cuando el día se viste de gris, los ojos
descienden desde todos
los soles extintos y buscan la luz
en la llama de unos ojos amantes,
en el brillo de una nueva ilusión.
Mi puerta se abre hacia ti,
sin hermetismos, sólo tú tienes la llave
que cierra el acceso a la antesala
de nuestros más hermosos sueños.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Díaz."zuhaitz".
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