buscan la respuesta en los cielos.
Relajo mi barbilla para comer el fruto
tierno de mi esperanza y beber de mis anhelos y dejó que el aire llegue
hasta mis pulmones.
Cierro los ojos, para atrapar con mis
párpados, un momento irrepetible en mi memoria.
Mis ojos son inquietos buscadores,
inmersos en la contemplación
de la belleza.
Mi barbilla es el vértice de mi cara,
que apunta al suelo, señalando
mi realidad de barro, mientras que mis ojos vuelan y mis pestañas ( pétalos al
viento ) detienen la mirada y deja
que las imágenes fluyan por el cauce
de mi corazón y sus huellas permanezcan, grabadas con luz en destellos de alegría.
Escrito en Mayo 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito."zuhaitz".
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