al descender el astro por nocturno,
vencido sobre el día y taciturno,
en ese recorrido hacia el ocaso.
La luz es su mirada en la alegría
de recorrer ufano el firmamento,
su vida se detiene en el momento
en que llega la noche y muere el día.
Notad, que en esta clara alegoría,
se muestra que la vida es un instante,
que raudo pasará y no es bastante,
sabiendo que jamás se detendría.
La luz que en nuestra vida se perfila,
se va extinguiendo en la melancolía,
trayéndose a la Luna en la agonía,
que en su cuarto menguante la mutila.
La Luna es la guadaña plateada,
nocturna y agresiva, al día mata,
cegada por su celo, le arrebata
su luz, sobre la noche constelada.
Así luce la noche rutilante
y el día se deshace en mil estrellas,
mil ojos de unas jóvenes doncellas,
que vagan por buscar joven amante.
Escrito en Julio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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