a cada amanecer triste que niego;
pues he de amar la luz y no estoy ciego,
es sólo que me abstraigo y quedo absorto.
No bastan las palabras, si vacías,
quedan sin contenido ante los hechos,
pues crecen al descuido los helechos,
quedando sin valor, si desvarías.
En cieno, el barro seco se convierte,
pues dada la humedad que hay en la tierra,
bajo una gruesa capa, allí se entierra
todo un caudal de anhelos, con su muerte.
No bastan los papeles, si perdidas
se dan todas las firmas y permisos,
se olvidarán los pactos, compromisos
que no han dejado huellas por sus vidas.
Aciago es el destino en nuestra espera,
si no lleva tesón en nuestro empeño,
que no muera tan pronto nuestro sueño,
pues corta es la existencia y pasajera.
Escrito en Julio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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