en las oquedades resecas de la tierra.
Un beso húmedo que anega sus entrañas
y su corazón, henchido de gozo,
manifiesta su agradecimiento, mostrando
los brotes de sus semillas, que maduran
bajo la caricia de los rayos solares.
Todo es equilibrio en la constancia
de repetir a cada instante el milagro
de la vida.
Algo tan sencillo, como cotidiano,
que sólo los ojos que contemplan absortos
la belleza, son capaces de sentir
ese gozo común, con la naturaleza.
Escrito en Julio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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