dos criterios que nunca se encuentran,
nuestros gestos, así lo demuestran,
que al final nunca lo conseguimos.
Se cerraron las puertas del cielo
que jamás avistamos bien puerto
y vagamos sin un rumbo cierto
naufragando por nuestros anhelos.
Como agua y aceite, sin duda,
descubrimos, que en la lejanía,
diluyendo se fueron los días
y el amor, al perderse se muda.
Se mudó la cordura y paciencia,
del amor nos pasamos al odio,
la dulzura secó con el sodio,
en salinas de la indiferencia.
Así pues, se ha truncado el amor,
pues sucede, que al faltar su esencia,
se puede agriar su inocencia
cambiando a un amargo sabor.
Escrito en Julio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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