con más polvo sobre mis pies, que alegrías
guardadas en mi memoria.
Desde mi balcón noto el vértigo y la angustia
que tenemos por nuestras carencias
y sobradas desilusiones.
Brotar de nuevo sobre la tierra,
sería la perfecta magia, para abrir los ojos
a un nuevo sol que brille sobre todas
las esperanzas, con un obligado cumplimiento
de lealtad para con los demás y hacia
nosotros mismos.
Me asomo al mundo, sin fe y sin lágrimas,
con un escudo de silencio y una espada
de brillantes razonamientos, con que matar
el absurdo y la injusticia.
Sin hablar, ni pestañear siquiera, ante el caos
que nos rodea.
Camino entre los huesos calcinados
de una razón, que murió en el lecho
de los sueños, atacada
por una letal indiferencia .
Camino esgrimiendo la palabra sobre
las tumbas abiertas, que tratan de devorar
la carne de toda filosofía necesaria,
para hallar un motivo para vivir
y hacer de este valle de lágrimas,
un florido vergel con sonrisas infantiles
y hombres de verdad, que caminen
junto a mujeres auténticas,
sobre una tierra de nadie,
que a todos nos pertenece.
¡ Qué no muera nuestra palabra en el camino!.
Escrito en Julio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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