cuando en el conocimiento,
hay un sólido cimiento,
albergado en tu presencia.
Se abren nuevas perspectivas
y despejando tus dudas,
evolucionas y mudas,
por todo lo que percibas.
Con total complicidad,
el universo actuando,
se presenta declarando
su dimensión y verdad.
En toda su reflexión,
se debe de tener en cuenta,
aquello que la mente inventa
y el pulso del corazón.
Pues no basta la intención,
cuando en el recogimiento,
se halla todo el fundamento,
que está en la relajación.
Se comienza a meditar,
cuando al fin, se interioriza,
aquello que simboliza,
lo que queremos hallar.
Pues, en esa introspección,
podemos llegar a ver,
lo que quedó en nuestro ayer
y el futuro, en la intuición.
Se aprende de los errores
y cuesta reconocer,
que hay un nuevo amanecer,
que carece de rencores.
Se ve lo malo y lo bueno,
que muestran su identidad,
en toda esa eternidad,
pisando sobre el terreno.
Meditar es aceptar,
en una clara visión,
esa comunicación,
que debemos de escuchar.
Meditar, es ese viaje
a nuestro ser más profundo,
para recorrer el mundo,
muy ligero de equipaje.
Escrito en Abril 2025 por Eduardo Luis Díaz Expósito.“zuhaitz”.
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