marcando, por seguir en mi camino,
las huellas que dejaste en mi destino
y amarte fue mi suerte y compromiso.
La suerte es veleidosa, pues mudando,
modela sentimientos encontrados,
se pierden los momentos bien hallados
y el gozo en el amor se va olvidando.
Difícil es seguir con la firmeza,
que un día el corazón dictó en sentencia
y así se va perdiendo en la imprudencia
el pulso en la razón de tu cabeza.
Porque el amor fluyendo, como un río,
encuentra entre sus aguas turbulentas,
la triste soledad que las tormentas,
produce en nuestra mente el desvarío.
Se agota en el amor, esa constancia,
que hace que el amar, valga la pena,
sufrimos por orgullo la condena
de no encontrar su aroma y su fragancia.
Y así se va muriendo día a día
todo el amor que un día prometimos,
acaso en la agonía, no advertimos
caer en la cruel monotonía.
Escrito en Junio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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