de la energía y la bondad
de un corazón universal,
que plasma en cada vivencia,
la armonía necesaria para fundir
las sombras del caos con el destello
del entendimiento.
Se nutren y se prodigan
las buenas intenciones, como un pulso rosado
de amor, bajo la llama violeta de la compasión
y empatía con todos los seres vivos.
Ha de ser un arduo y duro trabajo,
recomponer con amor los agujeros
que el odio ha dejado en los corazones
humanos y por desgracia,
no todos alcanzamos el mismo nivel
de evolución, ni tenemos la mente
y el corazón en óptima apertura,
para lograrlo.
Sólo nos queda la acción y la esperanza.
Escrito en Junio 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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