deslumbraba una luciérnaga en tu pelo,
que fue el fruto de mi ansia y de mi anhelo
y sin duda, eso me mantuvo vivo.
Fuí tentado y un maléfico demonio,
me mostró la belleza de tu sexo,
en lo cóncavo y también en lo convexo
y acabé ante el altar, en matrimonio.
Bien es cierto, que te he amado hasta el final,
descubrimiento otra persona diferente,
se produjo en mi amor otra vertiente,
en un grito desgarrado hacia mi mal.
Pues hallé otra personalidad,
que alejaba de mi ser, esa presencia,
que de ti, me cautivó en la complacencia
y ahora veo en ti una nueva realidad.
Malgasté mis dulces horas en invierno,
sin saber, que se alejó la primavera
y así sufre y va muriendo, quien espera,
consumido entre las llamas de su infierno.
Escrito en Octubre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario