Es ese poso de poesía que queda en el vaso,
cuando bebemos la vida a tragos cortos …
disfrutando.
No es la imagen que se muestra, sino
la capacidad de nuestras retinas,
para absorber la belleza y llevarla
hasta nuestro interior.
No es poeta quien escribe, sino quien siente
la emoción de la palabra o la imagen.
Quien sueña y a duras penas, trata de explicar
todo aquello que agitó su alma.
No son ni el amor, ni la desidia, sino esa virtud
de ver belleza hasta en lo más terrible.
Es su música, su ritmo y esa danza que orbita
en tu cabeza en un rapto de armonía
o de locura.
Dejas de ser tu mismo y lo eres todo y nada.
No eres espejo, ni agua, ni aire, sino
una conjunción celestial, que arrastra
tus pensamientos hacia una hoja de papel
en blanco, para crear un universo
de sensaciones.
Escrito en Octubre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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