y hay un gris de profunda ojera en los cielos.
La melancolía lleva la sal de una lágrima
y un piano lento suena en la lejanía.
Se van cerrando los bares y el boulevard.
Camino despacio entre los charcos
de las calles acharoladas y mi sombrero
lleva algunas hojas secas, que voy arrastrando
junto con mis pensamientos más íntimos.
La soledad es mi compañera y llevo
un vacío sin forma, dentro de mi corazón.
Es Otoño, bermejo y adormecido
en la pereza de las horas muertas,
que se desvanecen como niebla, a medida
de que mis pasos me llevan
a las barandas oxidadas del viejo puente.
El agua del río es una intensa calma
de frío sobrecogedor, y alguien rodea su cuello
con una bufanda de tonos color café y bistre.
Cae la lluvia, lenta, precisa,
como una leve sentencia sobre mi ánimo.
Escrito en Octubre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
Inspirado en la música de Erik Satie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario