llevando en mi corazón
una grata sensación,
que me sirve de consuelo.
Se agitarán los pañuelos,
pero en esta despedida,
llevo un caudal de vida,
que rasga el inútil velo…
de la angustiosa tristeza,
recobrando la alegría,
que he vivido en estos días,
que se van con ligereza.
Con un abrazo y un beso,
me despido, pues quien besa
sella así, una promesa
de un feliz y buen regreso.
Nos volveremos a ver
entre palabras y versos,
entre los cuales, inmerso,
prometo que he de volver.
Escrito en Octubre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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