los frutos son amargos, si se ignora,
que no ha de ser esfuerzo de una hora,
y nunca brotará, si se nos niega.
Y acaso, si ignoramos la labor
de quien entre las sombras, lo organiza,
será para su mal, si se eterniza
y no recibe apoyo en nuestro amor.
Pues todo por desgracia debilita
todo ese gran esfuerzo, que ignorado,
se duda, si ha de ser recompensado
y sólo ha de saberlo quien medita…
Todo lo que al luchar, por invisible,
no se ha de conocer, porque gravita
sobre esa idea al fin, que nos excita,
tratando de expresar que es asumible.
Si todos asumimos en verdad,
que pueda parecernos imposible,
pero sin duda vemos que es posible,
para poder vivir su realidad.
El sueño, a pesar de que no nombre
a quien su idea lanza y manifiesta,
muy lejos de crear una protesta,
debemos su labor a un sólo hombre.
Escrito en Octubre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito. “zuhaitz”.
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