que surge de un silencio meditado,
pues mejor es callar, no haber hablado,
que tener que saber morderse el labio.
Aprecio la mesura en la dicción,
porque expresa un pensamiento claro y puro,
pues no admito el verbo agrio, soez y duro,
porque lleva una dudosa condición.
Pues si no hay una buena concordancia,
entre mente y corazón, es muy posible,
que lo que piensas, se haga tan visible,
que sepas que es lejano a tu intención.
Debemos de pensar, que la palabra
nos llena de razón o nos condena
porque larga y angustiosa es nuestra pena,
si por falta de razón se descalabra.
Escrito en Octubre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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