por una prepotencia con esa sutil
carga paternalista de ficción, que sólo trata
de arrinconar tu criterio, para intentar
pobremente destacar por encima
de su interlocutor.
En aras de un lustre inusual y excesivo
de sus virtudes, repetidas hasta la saciedad,
la prepotencia de esta persona, intenta
hacer sombra a los demás, para hacer visible
su escasa luz y su carente seguridad.
No debiera ser necesario, ni encuentro
un motivo justificado, si contemplamos
que cada cual brilla por su propia estrella.
¡Qué triste es la noche en la incredulidad
de la luz! Cuando los logros de cada persona,
no debieran ser el eclipse de otras vidas.
Nadie está por encima, ni por debajo,
si contemplamos nuestro lugar en esta vida,
sabiendo que nuestras órbitas pueden
ser tangentes, sin llegar a chocar,
ni salirnos de nuestra propia realidad,
sin menoscabo, ni menosprecio
de otras luminosas vidas, que aportan luz
en nuestra andadura.
Escrito en Septiembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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