la lasitud nos vence en un instante,
tras el día, ahora queda por delante
el descanso de una noche relajada.
Nunca sabes lo cansado que te sientes,
hasta el cese en la labor, pues la tensión
te mantiene con firmeza en la ocasión,
porque así lo necesitas y consientes.
En la vida, al tener prioridades,
el descanso queda al margen, relegado,
una vez que la labor ha terminado,
admiramos nuestras grandes cualidades.
El esfuerzo es del trabajo su condena,
procuremos que nos sirva, si es medido;
la salud es un tesoro, precedido
de una vida por gozar, valiente y plena.
La labor si es bien llevada, dignifica
si el trabajo se valora en su virtud
que no así, si es una ingrata esclavitud;
será el mal que al ser humano perjudica.
Escrito en Septiembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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