los lobos absortos, contemplan la Luna,
la noche oscurece en un tono aceituna
y brota un silencio de frágil nobleza.
Se envuelve en las sombras de angosto misterio,
la estancia cercana que se acerca al lago,
engulle la noche entera, de un trago
y extiende la bruma sobre el cementerio.
Arpías las voces, que son lastimeras,
se cargan de muerte y en su incomprensión,
detiene el latido de tu corazón
y apagan las luces tenues y postreras.
Misterio en la noche que en vasta inquietud,
acaba vencido en un sueño cautivo,
por ese suspiro que se muestra esquivo
y desaparece por su lasitud.
Escrito en Septiembre 2021 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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