y los arándanos abriéndose, como corazones
sangrantes, dejando un rastro licuado
por un inusual calor.
La frente es una crispación, en la que los ojos
delatan su asombro, ante la espectral visión
de una niebla que oculta
una emoción subyacente, en el fondo
de un misterio por resolver.
En todo esto hay una provocación,
entre la inquietud y el hastío que produce
la decepción de una búsqueda infructuosa.
Hoy ha llovido, ayer reinaban las nubes
y mañana …la incertidumbre campeará
a sus anchas.
Escrito en Enero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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