el suelo insiste en la piedra
y entre las calles se medra
sobre un polvoriento tul.
En el campo se nos pierde
la vista en el horizonte
coronado por un monte
que va vestido de verde.
Angosta, la roca dura,
por su presencia plomiza,
deja un rastro de ceniza
sobre un escarcha, que muda…
En hielo y su transparencia,
parte de cielo y de tierra,
que se sepulta y se entierra
con fría voz e inocencia.
El mundo gira y se olvida
de un simple y mortal veneno,
pensando que ha de ser bueno,
si permanece con vida.
Y va perdiendo el sabor
de nuestra naturaleza,
entre el caos y la maleza
de un futuro en el terror.
Azul y verde boscoso
o un marrón amaderado,
que en esta tierra ha dejado
sobre este paisaje hermoso .
Todo es la conjunción
de una belleza olvidada
y esta tierra acribillada
espera una solución .
Escrito en Enero 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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