hacia ninguna parte y ese desenmascarar
un silencio, cuya atrocidad nos sobrecoge.
Crear un sonido con notas de súplica
y bordarlo con el hilo de una imperiosa
necesidad de comunicación.
Buscar una excusa para encontrar
esa compañía que rompa los ejes
de una soledad, que se ha convertido
en rutina. Y acaso olvidarnos
de nosotros mismos, desamparados
e inaceptablemente inadaptados, cuando
en toda escena posible,
somos parte importante de un elenco
de actores, que conforman la escenografía
de nuestra vida.
Vida en la cual ignoramos nuestro
papel protagonista, perdiéndonos
en una irreflexiva soledad, que no es tal,
porque nosotros creamos el entorno
y el escenario por el cual se suceden
todas las imágenes de nuestra representación.
Escrito en Junio 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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