todas las aristas que detenían el tiempo
en nuestras manos.
Se han secado los labios que ofrecían
húmedos besos, recientes,
sobre otros labios en flor,
como gotas de rocío.
Se durmieron las esperanzas en los árboles,
que mudaron sus hojas tantas veces,
que los recuerdos fueron amarilleando
en nuestra memoria.
Escrito en Junio 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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