de sangre y la luna es el espejo de nuestros
temores.
Luna roja de sangre y coágulo, descendida
sobre un yermo campo de batalla .
Flores rojas sobre las tumbas y los muertos
marchitos por el metal de las balas.
Luna roja, noche púrpura sin consciencia
de letargo.
Sólo pulso acelerado y el martilleo seco
sobre las conciencias.
Se callan los tambores y el viento repite
los ecos, convertidos en rumores que estallan
sobre las sienes de los escasos supervivientes.
La muerte como remisión y la vida
como una larga condena que cumplir,
hasta que los años nos venzan y caigamos
en pedazos sobre una tierra infecunda.
Escrito en Septiembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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