ni miento, ni me entretengo
en engañar al destino
de mi ruta o mi camino.
Jamás persigo la suerte,
porque la suerte es banal
y origen de mucho mal
que desemboca en la muerte.
Tengo una edad que es la propia
de los años que he vivido
y hasta mi último latido,
no voy a estar en la inopia.
Vivo el presente consciente
de que un día he de morir
y he decidido vivir
de una forma inteligente.
Pues más pierde aquel que miente,
y está viviendo un engaño,
tal vez le haga más daño,
si vive de forma inconsciente.
Escrito en Septiembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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