el gris plomizo de las nubes en las pupilas.
Sin sorpresa alguna, sin emociones,
sin un rictus de esperanza en el rostro.
En el suelo, las últimas migas de una mesa
no compartida y un tremendo vacío en el alma.
Decís que me amáis, cuando amáis vuestra
complaciencia de verme sereno, triste, aislado
y por supuesto, bajo vuestro control,
para que mi apatía corone vuestra tranquilidad.
Sin emoción, con una melancolía perenne
y resumida a la tarea de hacer vuestra
felicidad…uno de mis deberes.
Condenado al ostracismo de por vida
y a la soledad por imperativo.
Veo en las calles, parejas comiéndose a besos
y mojo mis labios con el frío sabor
de una cerveza, solo ante un cuaderno
de poemas, hablando del amor que nunca
me dieron, quedando en las sombras,
vacío e inerte, después de dar todo el amor
que atesoraba en mi alma.
¿Para qué? ¿ Para mantener viva una mentira
forjada en una efímera ilusión?.
Escrito en Septiembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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