que ignora que fue arrecife, franqueado
por álgidas olas de pasión!.
Todo un mar, bramando deseos de espumas
y sedas, venciendo escollos en vertientes
que se deslizaban sobre las inertes rocas,
enjutas, tristes y solas con la ambigüedad
de unos cielos remotos.
Tal vez sueño inacabado
o despertar imprevisto entre playas insomnes
y letargos.
Tal vez, aceite y aroma, agua pura o sed.
Incontenible labio de precarios límites,
en besos sin cuerpo, ni forma.
Redondez que acaricia
los bordes inequívocos del deseo
o franquicia de amor no resuelta,
no acuñada en otros labios, capaces de amar,
al pronunciar tu nombre.
Acritud de soledades, en esa búsqueda eterna
del labio que nos ignora y sin embargo,
nos seduce, como el temor a la muerte
o al peligro de seguir vivo, sin una respuesta
que declarar al viento.
Escrito en Diciembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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