y las caballerías marcan un paso pausado
y lento.
Arrecia el viento e imprime un nuevo ritmo.
A lo lejos se divisa el humo gris
de una chimenea y nos trae aromas de hogar
y un nuevo aliento, ante un gélido frío,
que paraliza los músculos del rostro.
Nieve y hielo se van deshaciendo
al descender la ladera, ahora el barro
cubre nuestras botas y los cascos
de los caballos.
Hay leña amontonada fuera de la cabaña
y la cálida luz de su interior, nos invita
al encuentro de unos brazos,
que amorosamente nos reciben, sacudiendo
la nieve de nuestros hombros.
Es Navidad y en la mesa hay uno más …
un recién nacido que traerá la paz al mundo.
Anhelamos a quienes se fueron
de este mundo, pero han de permanecer siempre en nuestros corazones.
Escrito en Diciembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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