de aire fresco y una juventud arrolladora.
Me siento en la cresta de la ola
y voy precipitándome hacia los escollos
de mis frustraciones e inseguridades.
Me ilusiono, sin hacerme falsas ilusiones,
pues conozco mis limitaciones.
La juventud en mi, son todas esas hojas
amarillentas que dejé en los cajones polvorientos de las nostalgias en olvido.
Consigues que recupere esa imagen
de mi mismo, cuando el amor era un tiempo
presente en un alocado corazón.
Me agrada tu compañía y puedo amarte,
sin que se produzcan fracturas
en nuestra amistad.
Todo aire circundante, esparce las semillas
de nuestras preocupaciones, que caen
pesadamente sobre nuestros hombros.
Sentirnos jóvenes es volver a sonreír
con añoranza, pero sin pena y recoger
en la palma de la mano, todos los filamentos
desprendidos de nuestras antiguas vestiduras,
para volver a lucir en nuestra alma,
nuestras mejores galas.
Escrito en Diciembre 2022 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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