lunes, 13 de mayo de 2024

Cegados por la belleza.

Hambriento siempre de luz,
con margen no declarada,
que la imagen adorada 
nos pesa como una cruz.


Bajo un sol clarividente,
caminamos, ya cegados 
y por la luz, desahuciados,
declarados invidentes.


El sol quema las pupilas,
pues presos por su belleza,
cometimos la torpeza 
y en la ignorancia perfilas.


Así ocurre en la belleza 
y para colmo del mal.
puede resultar mortal,
sí perdemos la cabeza.


Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.






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