con margen no declarada,
que la imagen adorada
nos pesa como una cruz.
Bajo un sol clarividente,
caminamos, ya cegados
y por la luz, desahuciados,
declarados invidentes.
El sol quema las pupilas,
pues presos por su belleza,
cometimos la torpeza
y en la ignorancia perfilas.
Así ocurre en la belleza
y para colmo del mal.
puede resultar mortal,
sí perdemos la cabeza.
Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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