te enseña de mil amores,
a corregir tus errores,
te los muestra cada día.
En su enseñanza te deja,
la lección, por bien sabida,
porque sí no es aprendida,
te va a tirar de la oreja.
Aunque nadie lo comprenda,
es fácil de imaginar,
lo que te puede enseñar
y que un error, se reprenda.
Dispone de algún maestro:
Uno es el conocimiento
el segundo, el sufrimiento
y este es el más siniestro.
Usando el libre albedrío,
siempre puedes decidir
la forma en que has de vivir,
para deshacer un lío.
Todo buen discernimiento,
es la lección aprendida,
para dirigir tu vida,
con pleno conocimiento.
El error es sufrimiento
que así, también te corrige
y en tu vida se dirige,
cuando elige su momento.
Por eso, en el pensamiento,
debe a la razón su impulso
y antes de actuar, su pulso
está en el conocimiento.
Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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