lo que para otros no existe,
desde el día que naciste,
te rodeaste de amor.
La empatía la has vivido
en todas las ocasiones
y en recónditos rincones,
escuchaste su latido.
Perseguiste la verdad
y una gran muestra has hallado
en pueblos que has visitado,
por su hospitalidad.
Creciste entre el bien y el mal,
pero es más grato el sonido
de ese bien que ha florecido
con música celestial.
El mal su sombra proyecta,
sobre el agua y su pureza,
posándose en la belleza,
que la marchita y la infecta.
El bien, al final consigue
vencer al mal, tu conciencia
se libra de su presencia,
para que nunca te hostigue.
Quien vela por la virtud,
vence su furia y enojos
y entre las zarzas y abrojos
mantiene su pulcritud.
En tu vida, los valores
se deben de mantener,
sí se llega a comprender,
que las obras son amores,
no sólo buenas razones,
porque aquello que propones
en base a tu entendimiento
amplia el conocimiento
de que no hay mayor virtud
que vivir su plenitud.
Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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