sobre la desnuda piel,
ámbar con color de miel,
que al contacto se destruyen.
Surcos que al fin se dibujan
con un brillo de oropel,
sobre el pálido papel,
en unos cauces que embrujan.
Manantiales de frescor
que a prueba pone la ciencia
del tesón y resistencia,
ante un tremendo calor.
Sudor que en todo tu esfuerzo
su fluido te equilibra,
deja compensado y libra
toda la tensión que ejerzo.
Sudor que nos glorifica
en el esfuerzo ejercido,
fiel compañero al latido
que en su ritmo dignifica.
Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz “.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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