entre mis manos.
Abres un hueco en mi corazón
y en mi memoria.
Tus suspiros avivan el fuego que te consume,
mientras se esparcen mis cenizas.
Ayer, no me parecía importante pensar
en el mañana, sin embargo, hoy pienso
en un presente que está por llegar.
Nunca estuve aquí, me he dispersado
en el tiempo a través de mis versos
y mis palabras.
Jamás estuviste conmigo, fue una ilusión,
no supiste mantenerme vivo
entre tus recuerdos.
Una mujer me abrió las puertas a la vida,
La segunda mujer me condenó a la soledad
y la tercera me dio la muerte, con su desprecio
y olvido, pero sabedlo…
¡Soy inmortal y he resucitado!
Escrito en Mayo por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario