miércoles, 1 de mayo de 2024

En un lejano rincón del alma.



En otros mares, en otras tierras, donde el alma
encuentre su reposo.
En ese lugar, cuyas cenizas no queden 
esparcidas por el viento.


Donde un susurro lleve la dulce presencia 
de la brisa y podamos hacer un nido,
con las plumas sobrantes de nuestro 
último vuelo.


Hallaremos la paz deseada, al emerger 
desde el fondo de nuestra alma, salvando 
escollos y arrecifes.


Cuando las distancias entre nosotros 
se acorten con un abrazo o cuando 
a una lágrima se la conceda más valor,
que a un diamante o a una perla.


Cuando nos libremos de aquello que impida
que la vida sea luz y dejemos de pensar 
en la muerte, como la redención ante
el inevitable dolor que nos produce 
vivir intensamente.


Escrito en Mayo por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

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