viernes, 3 de mayo de 2024

Nuestro destino está escrito.

La muerte no te responde,
sí dudas de la pregunta,
tan sólo anota y apunta
a quien en vida se esconde.


No es un refugio divino,
tan sólo es la transición 
de una vida, y salvación 
cuando no queda camino.


La muerte sana la herida 
que nos produce el vivir,
no has de temer el morir,
pues hay quien se muere en vida.


Como arenas de un desierto,
se cuentan por más millares
las vidas en los altares,
cuando se sabe que han muerto.


Hay almas que, en vida penan
y le piden a la muerte 
que en su juego tengan suerte,
pues en vida se condenan.


Corta o larga es la cadena 
que nos sujeta a la vida
el tamaño o la medida 
llevamos como diadema.


Se ciñe en nuestro sentir
dándole a todo sentido, 
cuando se tiene asumido,
que un día, se ha de morir.


Porque lo nuestro es sentir 
que todo tiene un motivo,
tan sólo, por estar vivo,
me alegra poder fluir.


Escrito está, que el destino 
del ser humano es morir 
pero hay que saber vivir 
con nuestro origen divino.


Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.









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