viernes, 31 de mayo de 2024

El efímero tiempo presente.

Quien sueña despierto, no se duerme 
y no pierde un segundo, meditando 
en una espera que, seguramente no llegará 
a tiempo o tal vez no se presente.


La locura de la razón es el efecto secundario 
del pensamiento lógico, que se inmola,
para fertilizar cada idea con sus cenizas.
Atravesamos un tiempo, decididos
a increpar al ocio, con la ilegalidad 
de un trabajo constante, para no detener
la actividad cerebral y convertirnos
en la inerte solidez de una piedra,
cuando todo fluye desde los ríos de la razón 
y el pensamiento.


Nada se detiene y las agujas de los relojes,
nos inyectan el tiempo necesario, para que 
el pasado quede archivado en los cajones 
del olvido y el presente se muestre 
con la celeridad y el respeto, que su rango 
le exige.


Cada instante se retiene en la memoria,
se estanca y se pudre, porque todo 
se descompone ante la innovación permanente, que supone seguir viviendo 
un efímero presente.


Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.

© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.




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