al contemplar el espejo puro de tus ojos.
El inmaculado color blanco de una inocencia,
que no ha sido rozada por el ala del cuervo,
ni fue pervertida por unas malas intenciones,
acechando como una rapaz,
antes de precipitarse sobre su víctima.
¡Vuela alto! ¡Vuela alto! Corazón blanco
de ala desplumada.
El cielo en su amplitud, te permite la ingravidez
de las alturas, donde se pierden los espejos
y a nadie le es permitido buscar semejanzas,
pues nada queda reflejado, si no es
en la pureza diáfana de tu mirada.
Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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