sin más ambición, ni meta
que en mi alma de poeta
dejar claro lo que digo.
Cada palabra, por bella
debe tener la expresión
más fiel a mi corazón
y más profunda en mi huella.
Narrar aquello que gusta
y escuchar el día a día
cantando en la poesía
también lo que nos disgusta.
De la verdad ser espejo,
donde ver en las acciones,
el sentido en las pasiones
en un diáfano reflejo.
Plasmar lo hermoso y lo feo,
pues todo viene a formar
nuestra forma de expresar
el más oculto deseo.
A veces, se mira al cielo,
como queriendo alcanzar,
lo que no puede esperar
y es fruto de nuestro anhelo.
No figura en los misales,
que la gracia concedida,
sea recompensa en vida
y somos tristes mortales.
Que, dentro del corazón,
perseguimos ese sueño,
que nace de nuestro empeño
en aras de una ilusión.
El poeta es trovador,
pero su palabra es tuya,
a pesar de que construya
un verso con tanto amor.
Él bebe en distintas fuentes,
la palabra más sincera
que va creciendo a la espera
de regresar a las gentes.
El poema es la virtud
de la palabra, que escrita,
nuevamente resucita
triunfante en la multitud.
Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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