que se agita en los rincones
de todas mis emociones
y se quiere desbordar.
Es muy fácil que se vea
y aunque quiero resistir,
lucha siempre por salir
cuando fluye en la marea.
En la tristeza o el gozo
se termina por llorar
y en esa amplitud de mar,
la lágrima es un esbozo.
Afluente que, en la emoción,
durante el frágil naufragio
se presenta en el sufragio
de este triste corazón.
Naufrago en las emociones
y a veces recurro al canto,
para mitigar mi llanto
y me excuso en mil razones.
No me avergüenza llorar,
pues es la liberación,
que aseda mi corazón,
que no quiere naufragar.
Al llorar, nos encontramos
dentro de ese mar en calma
y se serena nuestra alma,
los hombres también lloramos.
Escrito en Mayo 2024 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
© Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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