Los gestos son acusaciones,
revelan lo que calladamente guardamos,
para que no rompan la armonía
de los espejos.
Esos espejos en los que mentir las realidades
y ocultar el dolor que no deseamos transmitir,
por temor a ser descubiertos
en nuestras debilidades humanas.
Los gestos narran historias,
que el secretismo de las bocas, encierran
en la fragilidad del alma.
Chivatos y delatores, como remolinos
que se originan en el fondo de la conciencia
y deja su huella, en la quietud
de nuestras aguas.
Gestos, ademanes, acaso un leve rictus,
pueda ser esa declaración silenciosa
del grito ahogado, que desea salir
de lo más profundo de nuestro ser.
Escrito en Octubre 2017 por Eduardo Luis Diaz Expósito.”zuhaitz”.
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