¡ Tatúame tu amor, con las agujas del reloj!.
¡Detén el tiempo entre tus uñas!.
Arañando el momento en que mi piel
sea la autopista de tu deseo y dibujes
los trazos de la pasión, sobre el mapa
de mi espalda, dejando un rescoldo
de llama y ceniza sobre mi cuerpo inerte.
La pereza es esa fatiga de eslabones
de suspiros, durante la cremación
de nuestras almas, cuando los cuerpos
se consumen, uno sobre otro,
entre las saetas que lanzan nuestras miradas,
en el amor y el deseo de perpetuar
ese momento, haciéndolo inmortal
en una diabólica posesión.
Escrito en Octubre 2017 por Eduardo Luis Díaz Expósito.”zuhaitz”.
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